Estrategias de almacenamiento digital
En la búsqueda de hacer los servicios de Tecnologías de Información (TI) más ágiles y rentables, y poderlos alinear a las necesidades de las organizaciones, uno de los puntos a enfrentar es el almacenamiento de los archivos digitales, los cuales se han convertido en un gran demandante de capacidades computacionales. La forma en que se generan archivos de trabajo y de entretenimiento puede convertirse en un gigantesco problema devorador del espacio del disco duro y generador de altos costos en los respaldos de información, que pueden llegar a ser económicamente inviables tanto para un usuario como para una organización.
Existen servicios que ayudan a resolver o minimizar esta problemática, ya sea el almacenamiento en la nube o sistemas de almacenamiento de alta capacidad y bajo costo, sin olvidar que, incluso, la potencia actual de los equipos de cómputo personales es alta y accesible. Combinar estas características permite obtener configuraciones que mejoran, incluso, el rendimiento de las aplicaciones (o programas de cómputo), por ejemplo, el uso de discos duros de estado sólido, cuyo costo es elevado actualmente, pero que permiten aumentar considerablemente el rendimiento de todo un sistema de procesamiento de datos.
El disco duro de estado sólido es una mejora en la evolución del almacenamiento en las computadoras, esta tecnología es menos sensible a los golpes, al ruido y tienen un menor tiempo de acceso y de latencia, es decir, arrancan más rápido y cargan las aplicaciones con mayor celeridad, son más resistentes y sobre todo más confiables.
En este contexto, elegir el tipo de almacenamiento requerido para un sistema de información, es una de las variables que puede alterar radicalmente tanto el rendimiento de este sistema como su costo, ya que, en muchos casos, no es tan fácil como ir a la tienda y comprarse un disco duro de mayor capacidad. Por tanto, se deben analizar a fondo los requerimientos para poder dimensionar adecuadamente lo que se necesita.
Para realizar esta tarea de diseñar un sistema de almacenamiento, uno de los elementos importantes es definir el tiempo de vida y de consulta de la información, ya que un dato puede ser que no sea consultado en varios años, sin embargo eso no lo hace menos importante para que sea resguardado, como por ejemplo un acta de nacimiento o los registros de Catastro.
También existen procesos que requieren del análisis de infinidad de datos, pero que su temporalidad es muy pequeña, como las encuestas o estudios que, una vez procesados, sólo se resguardan sus resultados. Esto genera cambios en el uso del almacenamiento porque no necesariamente tienen que ser de alta disponibilidad.
Al contrario, en sistemas como los bancarios es de vital importancia, porque requieren inmediatez en el proceso, análisis, consulta de movimientos y de información para la toma de decisiones.
En la actualidad el manejo de enormes cantidades de datos demanda administración, mantenimiento y sobre todo una proyección adecuada de su crecimiento ya que la tecnología y las capacidades utilizadas pueden verse rebasadas en muy poco tiempo.
Por lo anterior, entre otras posibilidades, se puede elegir un servicio de almacenamiento local, que trabaje en conjunto con una nube privada o pública o de manera independiente cada servicio, además, previamente se debe planear la infraestructura tecnológica (hardware y software) de acuerdo a las necesidades y presupuesto. Estos aspectos son importantes para lograr el rendimiento esperado de los sistemas de cómputo y de almacenamiento implementados en la empresa, institución o negocio.
Nota publicada en la edición 840
Por:
Jorge Lozoya Arandia
Fecha:
29 Junio 2015
Fuente:
http://gaceta.udg.mx/G_nota1.php?id=17800